“Armar la de San Quintín”

 

¡Aquí se va a armar la de San Quintín! ¿Cuántas veces habremos oído esta expresión en tono asustadizo y casi amenazante ? A tal punto ha llegado el estado de crispación en un lugar determinado o con respecto a un asunto que a más de uno se le viene a la cabeza la expresión que titula este comentario. Pero de dónde viene tal expresión exactamente. La expresión hace referencia a la conocida como batalla de San Quintín, que se libró en 1556, durante los primeros años del reinado de Felipe II, por el conflicto existente entre las monarquías francesa y española sobre Flandes.

Habiendo sido Nápoles invadido por Enrique I, duque de Guisa en favor de Francia, tuvo su contestación en el mandato de Felipe II, de forma que las tropas españolas situadas en los Países Bajos invadirían la Francia de Enrique II, asediando San Quintín.  Y tal asedio fue tan cruento (se derramó tanta sangres) que permaneció en la memoria durante muchos años, por la crueldad y violencia demostrada y por el ingente número de vida que la batalla se cobró en ambos bandos, una vez que las tropas francesas fueron enviadas a levantar el asedio.

Finalmente, las tropas españolas vencieron a las francesas y consiguieron la rendición de San Quintín. Después, en 1558, las tropas de Felipe II volverán a vencer en la batalla de las Gravelinas, forzando a Francia la firma de la Paz de Cateau-Cambresis en 1559.

Que los soldados de ambos ejércitos estaban bien armados y pertrechados no ofrece dudas; que en el enrojecido recuerdo de miles de personas perduró el dolor y el espanto de aquella batalla, tampoco, a juzgar por la fijación que en la memoria colectiva dejó para siempre la batalla asociándola con cualquier estado de agresividad, violencia o sinrazón. ¡Tan habituales, por cierto! ¡Precisamente ahora se nos viene a la memoria el cruel Genocidio de Ruanda perpetrado en 1994 con el  intento de exterminio de la población tutsi por parte del gobierno hegemónico hutu otros dice que era una falange ultra): ” Aquel el 17 de abril, y concretamente en la población de Kibuye, perteneciente al condado del mismo nombre y cercana al lago Kivu,  fue el día en el que comenzaron las labores de exterminio de la población tutsi en aquel condado. Durante los tres siguientes meses, murieron o desaparecieron casi 250.000 personas. Varios miles fueron asesinadas en la iglesia de Kibuye en una sola masacre” ( Así lo relata la antropóloga forense Clea Koff en su libro “El lenguaje de los huesos”). Se armó la de San Quintín, ¡cinco siglos siglos después! ¡A MACHETAZOS!

En San Quintín (1557) se calcula se calcula que el ejército francés perdió unos 12.000 hombres, resultando prisioneros otros 6.000 hombres y 2.000 heridos más.  Las fuerzas de Felipe II apenas sufrieron trescientas bajas entre muertos y heridos: y nuestras palabras permanecen teñidas de sangre

En Ruanda (1994) se calculan entre 800.000 y 1.000.000., lo que supone más 12 por ciento del total de la población ruandesa y 4/5 de los tutsis que vivían en el país, a los que hay que añadir los tutsis de Burundi y de los países vecinos en que se habían exiliado: y no sabemos si se volverá a repetir o no.

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