Darse con un canto en los dientes.

 

Darse con un canto en los dientes.

Se emplea esta frase cuando uno se considera muy contento por haber conseguido alguna cosa que no esperaba disfrutar. Y sin embargo, constituyendo tal consecución un final feliz, no se me alcanza la lógica de esa frase, y ello porque una de las más desagradables acciones que podemos infligirnos a nosotros es precisamente la de apedrearnos los dientes, a saber, “darse con un canto en los dientes”.

Y el caso es que se emplea, y mucho, y con ese significado de agrado que hemos indicado. Su origen quizás se remonte a la tradición judía o musulmana, en las cuales era frecuente darse con una con una piedra en el pecho para demostrar satisfacción, pero tampoco me parece un gesto lógico. Si al tiempo pensamos que eran proclives a besarse la mano continuamente para conjurar, personar o esperar algún beneficio, podríamos encontrar el origen de nuestra frase.

En todo caso no es lo mismo darse con un canto en el pecho, que elegir los dientes como destino; ni arrimar a los mismos un canto que los propios dedos. Pero no he encuentrado ninguna otra versión o explicación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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